Categoría: Diseño Web

  • ¿Necesitas tener una página web?

    ¿Necesitas tener una página web?

    La respuesta más fácil seria sí, sí que lo necesitas, pero, aunque suena muy trillado lo que voy a decir es que «depende», seguramente muchas agencias o profesionales te han propuesto construir tu sitio web para que ofrezcas tus servicios o vendas tus productos. Pero antes de empezar tu proyecto quiero dejarte algunas cosas a tener en cuenta.

    Es como tener una sucursal de nuestro negocio

    Tener una página web conlleva tener una gran responsabilidad, es decir debes tener en cuenta que es como tener una nueva oficina, una sucursal de tu empresa pero virtualmente, y así como cada día abres sus puertas, limpias, miras que todo esté bien, deberás hacerlo en tu página, estar pendiente de todo y actualizar información pero sobre todo crear contenido para captar clientes o seguidores.

    No solo es crear una página web

    Tener una sitio también es tener una nueva oportunidad para captar clientes, seguidores y lectores, uno de los principales errores que he encontrado en estos años, es que hay muchas empresas que en su momento crearon su página, pero la dejaron olvidada en internet, seguían funcionando, pero aun así no le daban movimiento, pasaban los años y jamás la utilizaron, perdiendo tiempo y dinero.

    La principal recomendacion que le hago antes de rediseñar su página, es que activen la opción de tener un blog donde escriban y aporten información a sus clientes y visitantes.

    Imagina que tu negocio es confeccionar ropa de mujer y que tu blog lo usas para escribir sobre recomendaciones de como combinar la pieza que le vendiste con otros accesorios, o que los mantienes al tanto de las novedades de la moda en todo el mundo. 

    Como vez tener un blog puede potenciar aún más tus productos hacia tus clientes y lectores en general.

    Es una inversión mensual o anual

    Es otra de las cosas que encontrado, la falta de información sobre lo que significa tener una sitio, como te comente al inicio, es como tener una sucursal u otra oficina, por consiguiente también hay que pagar un «alquiler de espacio» por mantenerlo en internet también deberás reservar el nombre.

    Aunque los costos son bajos, ya que suelen ser pagos anuales, debes tenerlos en cuenta, por ejemplo cuando escribo este artículo, la empresa con la que trabajo y me permiten ofrecer servicio a mis clientes, tienen planes desde los $6 al mes, suele ser suficiente para un negocio pequeño, esto sin duda también depende de la página web que necesites, pero si tu tienda online tienen unos 2.000 productos este costo subirá por un servicio de espacio para alto.

    Como te dije todo depende del tipo de proyecto que necesites, adicional cada año deberás renovar la licencia de tu dominio o nombre de tu sitio web, el dominio es como te encuentran en internet, por ejemplo si tienes una zapatería que se llama «Juanito calzados» tu dominio podría ser www.juanitocalzados.com(link is external) los costos rondan de entre los $12 en adelante, dependiendo de disponibilidad.

    Con estos datos ya puedes tener en claro algunos gastos que deberás pagar para enviar a que diseñen tu sitio web.

    Una página web es muy importante para tu negocio

    Así como no dejarías en cualquier mano que diseñen o construyan tu casa o los muebles de tu negocio, así mismo es el diseño de tu sitio web, aquí solo puedo decirte que si no lo hacen bien desde el inicio, te saldrá muy caro solucionar los problemas después.

    Imagen de Simon (link is external)en Pixabay(link is external) 

  • Letras capitulares: un viaje histórico desde el pergamino medieval hasta la pantalla digital

    Letras capitulares: un viaje histórico desde el pergamino medieval hasta la pantalla digital

    En el vasto mundo de la tipografía, pocas piezas tienen un encanto tan duradero como las letras capitulares. Su historia es tan rica como el trazo que las define, y aunque su origen se remonta a los primeros manuscritos medievales, su esencia sigue viva en libros, revistas e incluso en el diseño web actual. Pero, ¿cómo llegamos hasta aquí? Te invito a recorrer este fascinante camino, donde el arte, la técnica y la creatividad se entrelazan.

    Un nacimiento entre pergaminos y caligrafía sacra

    Corría el siglo VIII cuando los monjes carolingios, bajo el impulso de Carlomagno, se dedicaron a copiar y preservar manuscritos sagrados. Aquellas páginas de pergamino no solo contenían palabras, sino que cada primer párrafo era un lienzo en miniatura. Allí nacieron las primeras letras capitulares: iniciales ampliadas y ornamentadas, que introducían el texto con majestuosidad.

    Estas letras no eran solo adornos, sino puntos de anclaje visual para el lector. En un tiempo donde los textos fluían sin puntuación y con escasa jerarquía, la capitular era la señal clara de un nuevo comienzo. Y no eran tímidas: vegetales entrelazados, figuras mitológicas, animales fantásticos y colores vibrantes convertían cada letra en una obra de arte.

    De Roma al Renacimiento: el refinamiento de la capitular

    Si retrocedemos aún más, encontramos sus primeras raíces en los manuscritos romanos tardíos (siglos IV y V), donde las iniciales ya se agrandaban para indicar el inicio de una sección. Eran simples, sin ornamentos excesivos, pero servían al mismo propósito: captar la atención y marcar el ritmo de la lectura.

    Con la llegada del Renacimiento, la imprenta revolucionó el libro, pero no extinguió la capitular. Al contrario, los impresores recuperaron y reinterpretaron estas iniciales, grabándolas en madera o cobre para mantener viva la tradición artesanal. En esta época, las capitulares se volvieron símbolo de prestigio editorial, adornando portadas y abriendo textos con elegancia clásica.

    Del plomo a los píxeles: la capitular en la era moderna

    Ya en el siglo XIX y XX, las revistas y periódicos adoptaron las letras capitulares, no solo por su belleza, sino por su poder para guiar al lector en esos mares de texto compacto. Cada vez que una capitular asomaba en la esquina superior de un artículo, se convertía en un portal visual que invitaba a sumergirse en la lectura.

    Y entonces, llegó la web. En sus primeros años, las letras capitulares parecían haber quedado atrás, relegadas a un formato pensado más para la funcionalidad que para la estética. Sin embargo, con la maduración del diseño digital y la llegada del CSS, las capitulares encontraron un nuevo hogar en el entorno digital.

    Cómo se crean hoy: del papel a la pantalla

    En impresión

    En herramientas como Adobe InDesign, crear una capitular es casi un ritual. Con unos pocos clics, la primera letra crece, se viste de un color especial o incluso adopta una tipografía exclusiva. En publicaciones impresas, la capitular sigue siendo ese primer golpe de vista que seduce al lector.

    En la web

    El proceso es diferente, pero no menos creativo. Aquí entran en juego el HTML y el CSS, donde el selector ::first-letter permite transformar la primera letra en una capitular digital. El desafío es lograr que esa letra dialogue bien con el resto del diseño, adaptándose a diferentes tamaños de pantalla y manteniendo su elegancia.

    Descarga 4 ejemplos para tu portal(link is external)

    Más que una letra, un símbolo de identidad

    Ya sea en un códice medieval, un libro renacentista, una revista impresa o un blog digital, la letra capitular no ha perdido su esencia. Es una invitación, una puerta abierta al texto, un gesto de bienvenida que nos recuerda que cada historia merece un inicio memorable.

    Y aunque hoy convivimos con infinitas formas de consumir contenido, desde pantallas táctiles hasta libros electrónicos, la capitular sigue aquí, demostrando que el buen diseño y la buena lectura siempre empiezan con una gran primera impresión.

    ¿Quieres aplicar letras capitulares en tu web o blog?

    En próximas entradas, te mostraré cómo incorporar esta técnica de manera sencilla en WordPress y otros CMS, para que tu contenido no solo informe, sino que atrape desde la primera letra.